El Santo Niño de las
Suertes
En la colonia Tacubaya en
el D.F., capital de México, se venera una hermosa imagen del niño Jesús
llamado: “el Santo Niño de las Suertes” que duerme y apoya su cabeza a modo de
almohada una calavera. Según la leyenda, que se remonta a principios del siglo
XIX, dos misioneros caminaban rumbo a Tlalpan; al llegar a las inmediaciones
escucharon el llanto de un bebé. Intrigados y sorprendidos porque en el área no
había habitantes, buscaron el lugar de donde procedía el llanto y encontraron a
un niño de escasos cuatro meses. Al momento de levantarlo, el niño se convirtió
en una escultura, y según se dice al mismo tiempo brotó en ese sitio un
manantial de agua al que desde entonces se le ha llamado "Ojo del
Niño".
Los sacerdotes,
impresionados con el Niño, regresaron a México para presentarlo ante el
arzobispo. El arzobispo no podía dar crédito a tales acontecimientos narrados
por los misioneros, que depositaron la imagen en un pequeño nicho provisional.
Por la noche, los religiosos y el arzobispo tenían curiosidad, por lo que
visitaron la imagen. Al llegar a donde se encontraba, observaron un bellísimo
resplandor que emanaba de la imagen, prodigio que propicio que se arrodillaran
ante la imagen.
A este niño se le nombró
de las Suertes, debido a que el arzobispo decidió sortear el sitio al que
donaría la imagen para ser venerada. El sorteo se llevó a cabo y salió ganador
el convento de San Bernardo; como el prelado sabía de la pobreza de las religiosas
del convento, repitió la rifa y nuevamente salió el convento de San Bernardo.
Lo que hizo reflexionar al arzobispo acerca de que la voluntad del niño era
quedarse con esas pobres religiosas.
Aunque se le ha tratado de
dar varias explicaciones a la calavera que tiene el niño como almohada, la más
aceptada es que simboliza el triunfo de Cristo sobre la muerte. Es una hermosa
imagen y aunque recuerda a los cuadros de "el niño sueña con la cruz"
o el "niño Jesús durmiendo", es bastante fuera de lo común el que
tenga por almohada la calavera, iconografía que no es común en una imagen de
Jesús niño. Pudiera deberse a que la introducción del culto al Niño de las
Suertes a principios del siglo XIX sería quizás para tratar de exterminar a
algún culto tardío y que aún se conservara
a las antiguas deidades como, Mictlantecuhtli, quien se representaba en
forma de un ser descarnado o a la infancia de Huitzilopochtli como sucede en el
caso del “Niño Pa”, aunque es poco probable.
Lo que sí se puede afirmar con certeza es la gran veneración que tiene esta imagen y la gran cantidad de milagros que se le cuentan entre resurrecciones, curaciones milagrosas y muchas más que sus devotos le agradecen llevándole juguetes.
André Efrén Ordóñez Capetillo
Es cierto que no es lo más
común, pero sí hay alguna que otra representación del Niño Jesús sobre una
calavera, acostado o sentado junto a ella, incluso aplastando una serpiente. Lo
que sucede es que son anteriores al siglo XIX; pertenecen más bien a la época
barroca (la imaginería del siglo XIX tiende a ser menos patética y más
"ñoña"), incluso este bello Niño de las Suertes parece más antiguo
que esa fecha del "hallazgo", leyenda que seguramente nace para
explicar un culto que ya se le tributaría. Son elucubraciones mías, haría falta
un estudio científico, que podría datar la madera, la policromía, etc.